El Río Casanare Inundo escuela de la vereda la Manga, quedando en el centro del río.

En un desolador escenario de la vereda La Manga en Hato Corozal, Casanare, se desarrolla una batalla silenciosa. El río Casanare ha dejado su marca, destruyendo más de 300 metros de terreno y sembrando el pánico entre los residentes y finqueros de la zona.

Hace apenas cinco años, este mismo lugar fue testigo de la tragedia cuando el plantel educativo local sucumbió ante la voracidad del agua, dejando en su estela un sentimiento de desolación y temor.
La erosión, alimentada por la furia del río, ha continuado desde entonces, transformando gradualmente el paisaje y amenazando la estabilidad de la comunidad.

En respuesta a este desafío sin precedentes, el Director de Gestión del Riesgo de la Gobernación de Casanare, Guillermo Velandia, y la alcaldesa Tatiana Pirabán, han asumido un papel crucial. Su presencia en La Manga es un reflejo del compromiso de las autoridades para enfrentar esta emergencia de manera urgente y efectiva.

La atención a este problema refleja la importancia y la necesidad de tomar medidas preventivas para garantizar la seguridad de los habitantes en áreas vulnerables como esta.