¿Con Qué Carne se Hacen Algunos Chorizos Callejeros en Bogotá?

La tranquilidad al consumir un chorizo callejero en Bogotá se ha visto sacudida por un oscuro secreto: algunos vendedores inescrupulosos están utilizando carne proveniente de las curtiembres, lo que plantea serios riesgos para la salud pública.

Escudados en el aumento de precios debido al impuesto al consumo, estos vendedores adquieren la llamada “mota” a un precio de tan solo 1.200 pesos la libra, carne desechada por las plantas que procesan cuero para la industria textil. La “mota”, como la llaman los comerciantes, es obtenida de los desechos de cuero en las curtiembres, donde se raspa la piel para fabricar chaquetas y zapatos. Los chorizos elaborados con esta carne se venden a precios considerablemente bajos, atrayendo a consumidores que desconocen la verdadera naturaleza de los productos que consumen.

Foto: Semana

Los informes revelan condiciones insalubres en las que se manipula esta carne, la cual es almacenada en canastas en el suelo de las curtiembres, expuesta a la contaminación y sin ningún tipo de refrigeración. Además, se ha constatado la falta de registros de fabricación y fecha de vencimiento en los productos elaborados con esta carne.

La Secretaría de Salud de Bogotá ha intensificado sus acciones de inspección y control en los establecimientos de comida rápida, autorizando únicamente aquellos que cumplen con las normativas sanitarias y entregando adhesivos de reconocimiento a los establecimientos que mantienen condiciones adecuadas.

Por su parte, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) es responsable de otorgar los registros pertinentes para la comercialización de productos alimenticios, sin embargo, se ha detectado que las bodegas de San Benito, donde se concentra la actividad ilegal, operan sin los permisos necesarios.

Mientras tanto, los consumidores son instados a ser cautelosos y verificar la procedencia de los alimentos que adquieren, evitando comprar productos de origen desconocido o sospechoso. La salud pública está en juego, y es responsabilidad de todos garantizar la seguridad alimentaria en la ciudad.